MOMENTO MÁGICO DE LOS CINCO

Momento mágico

Riiinnn suena el teléfono, suelto la cuchara de palo con la que acabo de probar mis lentejas. Umm. están de muerte. Al descolgar mi amiga Montse ( ya nos conocíamos ) me comunica que acaban de entrar a Marbella.

- Joooo, me ha pillado el toro, yo pensaba que llegarían después de comer mis preciadas lentejas. Mira que les ofrecí mesa y cuchara en mi castillo jeje. Pues nada, que venían ellos comiditos y todo.

Allá que me fui a su encuentro para guiarles, pues la urbanización donde se ubica nuestra morada resulta algo complicada para llegar, la primera vez. Tres del mediodía, hora de salida del Instituto de enseñanza y por supuesto atasco.

A decir verdad cuando mi amigo Rafael, conocido como Rampy, el mago de la palabras, salió del coche, me chocó su inmensidad. Me dije – Caramba, pero qué hombre tan grande- yo parecía pulgarcito a su vera. Pero que sepáis que todo lo que tiene de grande por fuera es porque no le cabe el corazón inmenso que posee.
l que a continuación, para darle dos besazos a mi amigo José-Antonio, alias ali-jo-.dos

Menos mal, no tuve que ponerme de puntillas, jeje, estaba a mi altura. – Es tal cuál me lo imaginaba. ¿ Puedo decir que es un “cachondo mental” ?. Si, lo digo. Así me gustan las personas, diciendo lo que sienten, por su nombre y con salero, como buen malagueño.

El día era magnífico, José-Manuel por fin llegó, entre bromas y Rampyazos, los señores del castillo jaja devoraban las lentejas mientras los invitados miraban jeje, con unas cervecitas. Fue un momento mágico de risas y miradas cómplices.
José-Antonio me ayudó con el café y luego las fotitos de rigor en el jardín.

Montse y yo teníamos muchas ganas de meternos un chapuzón en el mar pues sabíamos que los días sucesivos iban a empeorar. Nuestros chicos no venían preparados para el baño y claro no les hizo mucha gracia pringarse los zapatos ( a estrenar por alguno, y no digo quién jajaja ) en la arena. A quién se le ocurre venir a Marbella sin bañador jiji. Hoy he sabido que Rafael no es muy amante de playa pero a José-Antonio, le pusimos los dientes largos jeje.

Montse y yo fuimos caminando por la orilla del mar mientras los chicos prefirieron hacerlo por el paseo marítimo. Vimos el sol caer en el mismo lugar donde José-Manuel y yo lo hacemos habitualmente. Es curioso como cinco personas que únicamente se conocen por sus escritos, puedan conectar tan rápido.

Espero hayan sido del agrado de todos los lugares a los que les llevamos, por nuestra parte habríamos seguido y seguido, incluso después del helado. Estoy segura que si la esposa de José-Antonio hubiera venido, la noche habría sido muy larga, pero comprendo que tuvieran que regresar debido a la hora. – Alicia, la próxima vez, te vienes, ¿vale?

Montse se quedó con nosotros el fin de semana, ya os conté lo bien que nos lo pasamos a pesar de la lluvia anunciada.
Tenemos que repetir estos encuentros más a menudo.
Siento necesidad de ver, hablar y tocar todas aquellas personas que conozco. Quiero guardar en mi corazón las imágenes que llegaron a mi pulila.
Por los escritos puedes conocer a una persona pero nada iguala el brillo de su mirada, su sonrisa o sus gestos.

Y esto no acaba aquí, porque ahora siguiendo las reglas, todavía hay más versión de este bonito episodio... Si quieres saber más, tienes que pulsar aquí.


Siento mucho no entrar en vuestros blogs, es por falta de tiempo porque estoy de obras en casa y ya sabéis lo que supone…. Polvo, polvo y polvo.
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