LA ULTIMA MORADA

Es curioso, nos pasamos la vida acumulando todo tipo de pertenencias sin apercibirnos que sólo disfrutaremos de ellas temporalmente. Sin embargo nuestra alma esta desnuda, siempre lo estuvo.

Cuando alguien muy querido se va para siempre intento recordar el bagaje de su alma, no de su cuerpo. Hoy hace un año que mi padre dejo de sufrir. Con lágrimas en los ojos le recuerdo, sólo durante un momento estaré triste. Después secaré mis lágrimas y me dejaré llevar hasta mi más tierna infancia cuando agarrada de su mano descubría este mundo.

Tenía un fuerte carácter, y dejó huella, ya lo creo. Se paso media vida alternando su trabajo con su pasión por la pintura. Pintaba sin cesar un cuadro tras otro para posteriormente guardarlos. Colgaba en las paredes de la casa sus preferidos. ! Dios, había cuadros hasta en el baño !. No servían de nada las protestas de mi madre por el olor a barniz que impregnaba hasta el último rincón de la casa. Además nadie podía dirigirle la palabra, nos decía, "me estoy inspirando , callaos".

Siempre dije que si mi padre hubiera estudiado, habría llegado muy alto, pero desgraciadamente tuvo que ganarse la vida desde muy jovencito. Poseía una memoría sin igual; aprendió a leer y escribir el francés con un simple diccionario sin ayuda de nadie, era capaz de recordar ciudades, monumentos o cualquier cosa que se le pusiera delante, pero lo que más admiraba en él era su sentido del humor agudo, no agudísimo. Pocas personas han llegado a comprender su alto grado de inteligencia.

Fue un verdadero ciudadano del mundo, admirador de la belleza humana, esa que llevamos dentro pero que sólo unos pocos exteriorizan. Desgraciadamente su enfermedad le llegó prematuramente y su obra quedó inacabada...

Pero ¿ Qué digo yo ?, si disfruto hasta de bisnieto, ese angelito que llegó en sus últimos momentos. Jo, lo estoy pasando mal y me estoy emocionando. Con los ojos húmedos no hay quien escriba.

! Tanto luchar! !Tanto coleccionar desde sellos hasta navajas! y se fue sin nada, únicamente con su alma. No importa, él esta aquí con nosotros. Cada cuadro colgado de mi pared es un cachito de él. Dejó plasmado como nadie el mar, las flores, pero sobre todo el colorido de sus cuadros impresionistas. !Ah! y la pluma con la que escribo era parte de su colección, quiso regalármela en mi último cumpleaños.

En su última morada no caben todas las cosas que hubiera querido llevarse pero en su corazón tan grande lo guardó todo. Ahí va para tí un beso de mariposa, que lo recoja tu alma y lo guarde

en la cajita dorada, tú ya sabes.