La primera vez que tomé conciencia de la relativa importancia de la economía fue cuando rompí mi primera hucha con todas mis fuerzas. Era un cerdito de barro entre cuyos trozos saltaban las monedas. ¡ Dios ¡, me pareció una verdadera fortuna que mi mente había transformado en una bicicleta emulando el cuento de la lechera.
Ni por asomo la cantidad acumulada era suficiente, ni siquiera alcanzaba para un álbum de cromos. Ahora bien mi imaginación era muy larga, tal vez ayudada por la lectura de tantos cuentos maravillosos, y a pesar del escaso montante de mis ahorros, ya tenía pensado cómo transformar el álbum en bicicleta.
El día a día fue bastante más duro, poco a poco aprendí que el dinero no se multiplicaba por arte de magia y que la fuente más importante de ingresos llegaba gracias al sudor de la frente, o sea, trabajando. Más tarde la adolescencia me colocó frente a la cruda realidad. Compañeros de clase gastaban mucho dinero sin pena alguna, mientras que mi escasa paga no alcanzaba más que para alguna entrada de cine los sábados por la tarde. Sus familias eran ricas, no alcanzaba a comprender como era posible que sus padres ganaran tanto dinero trabajando. Tomé conciencia de la diferencia de clases. Mis padres guardaban (supongo debajo del colchón, jeje) los ahorros de años de trabajo que a duras penas les alcanzaba para comprar una casa.
Pero que boba era: términos como inversión, riesgo, deuda pública. créditos, crisis financiera, etc…, eran desconocidos para mí ( aún hoy me cuesta comprenderlos ). Ahora sé lo difícil ( por no decir casi imposible) que resulta enriquecerse únicamente trabajando, comprendo más o menos los entresijos de la economía, pero la alta economía, uff, me cuesta. Ahora bien, hoy nos levantamos desayunando economía y cenamos con la crisis económica, pero realmente conocemos el entramada de las finanzas que se está cocinando y que al parecer se está adueñando de nuestras vidas. Será verdad que todo gira alrededor del dichoso dinero, será que la sociedad ha subido un peldaño cognitivo, será una moda pasajera o realmente dependemos tanto de la economía.