viernes, 30 de enero de 2009

Tres millones de funcionarios no temen al paro

Es la palabra mas repetida en cualquier ambito o relación social. Es temida y rechazada pero no escapamos de ella, "el paro".

El trabajo dignifica al ser humano. Es un derecho que tenemos gracias al cual obtenemos todo lo necesario para satisfacer nuestras necesidades incluso las mas elementales.

La palabra antónima a trabajo es paro. Eso quiere decir que ya no te podras alimentar, vestir, ni siquiera relacionar con con ese grupo selecto de personas que tienen un trabajo.

No es justo pensar que una parte muy importante de nuestra sociedad, los funcionarios, no tienen escrita esa palabra en el diccionario de su vida.
Tengo que reconocer que llevar el título de funcionario les ha costado años de estudios, esfuerzos y privaciones, pero cuantos años tendrán que sufrir otras personas que durante mucho tiempo han trabajado dignamente y que en un instante lo pierden tod.

Cuando se alcanza el sillón funcionarial comienza el relax. Tal vez el sueldo no es muy elevado pero te permite vivir bien. Por otro lado no debes preocuparte, tu remuneración esta asegurada.! Qué bien !. Podemos permitirnos ponernos de baja el tiempo que deseemos, no redir adecuadamente o incluso faltar al trabajo sin justificación real. Claro esta, esto sucede porque no hay ningún control. ¿ Quién controla a los millones de funcionarios ? Yo diría que todos y nadie.

Es vergonzoso ver como algunos maestros, profesores de instituto, trabajadores de instituciones públicas como ayuntamientos, ministerios... aprovechan la ausencia de una jefatura visible para escaquearse de sus obligaciones.

Con razón la amayoria de los jóvenes pretenden aprobar una oposición. Es la forma fácil de matar tres pájaros de un tiro. Conseguir un trabajo, Vivir de él sin demasiadas complicaciones y por último lo mas importante, tener la seguridad de por vida de conservarlo. En una palabra no tendrán que aplicarse a si mismos la palabra tabú "paro".

Si el despido en cual empresa es mas o menos "libre" y la mayor empresa es el Estado, por qué no aplicamos las mismas condiciones para esos trabajadores.
Con la que esta cayendo ahora y la que caerá, pienso que nuestros políticos y gobernantes deberían replantearse esta situación tan injusta.

No hay que olvidar que todos mantenemos esos tres millones de funcionarios, un número excesivo creo yo. Si hay crisis, hay crisis para todos.

Estoy segura que una gran parte de estas personas son excelentes trabajadores. Ellos no deben temer nada.

Un saludo a todos

jueves, 29 de enero de 2009

Soledad

El ser humano evoluciona gracias a su facultad para relacionarse. Es fundamental para la continuidad de nuestra especie.

De una forma natural nos comunicamos con nuestro entorno y aún mas con el resto de la familia de los humanos.

Las formas de comunicacion están cambiando constantemente pero el contacto personal centre las personas sigue siendo una necesidad vital.

¿ Qué ocurre cuando por alguna razón una persona se siente sola ? Y no me refiero a la soledad impuesta por uno mismo, sino a estar solo.
Lo primero que hacemos es hablar con uno mismo. Pero no tenemos respuesta o viene dada instantaneamente por nuestras emociones que nos traicionan con demasiada facilidad.
Lo segundo es un desbordamiento de la imaginación. Esta fuente de creación bien encauzada resulta de gran utilidad, pero cuando se abusa de ella resultan caóticos sus resultados.
Por fin buscamos en el cajón de los recuerdos. Primero abrimos uno, lo exprimimos al máximo, extrayendo los más ínfimos detalles, algunos de ellos no muy agradables. Después abrimos otro y otro hasta darnos cuenta que realmente no vivimos en tiempo real.

Nadie participa con nosotros, estamos solos, solos con nuestros pensamientos. Si no podemos compartir, para que sirve recordar. Comienzan las dudas y poco a poco entristecemos. Sí, la tristeza es la enfermedad de la soledad.

Gritas sin voz, pero nadie te escucha. Lloras en silencio y nadie te seca las lágrimas.

Ningún medicamento cura la tristeza. La sufren niños, adultos y ancianos. Sólo hay que mirar a nuestro alrededor. Unicamente otro ser humano puede curarnos. Un niño que se acerca a jugar con otro niño. Un ser humano que tiende la mano a otro prestando su compañia o el acercamiento cariñoso a un anciano son las medicinas más eficaces.

No todas las personas son optimistas por naturaleza, algunas veces la serotonina o las adversidades de la vida nos juegan una mala pasada, hablamos entonces de los pesimistas. Aún así, todos, en algun momento de la vida pueden sufrir esta enfermedad.

Aquellos que tienen la suerte de estar siempre acompañados bien sea por su trabajo o su entorno social, no siempre perciben ni comprenden ese sentimiento de soledad. No es una debilidad, si es que alguién lo piensa, sino la ausencia de una necesidad natural de compañia que es inherente al ser humano desde que lo es.

Dar, recibir y compartir para alcanzar una ilusión, produce felicidad.